A veces los personajes de ficción pueden en unos pocos segundos desmontar los más "sofisticados argumentos" de los "pensadores" cristianos, porque en realidad siglos de teología se pueden resumir siempre en una absoluta falta de razonamiento, como es la famosa y más que errónea Apuesta de Pascal esa que dice que es mejor creer en un dios que no creer, por si acaso.