Blasfema (aunque más que acertada) canción que el siempre incisivo Tim Minchin compuso hace unos años por la visita del Papa católico al Reino Unido, porque mucho les ofenderá a los católicos pero acierta de pleno y además es intemporal, puesto que pasan los años, se suceden los papas pero la más que asquerosa pedofilia católica sigue siendo tolerada y encubierta en todo el orbe cristiano.